sábado, 13 de enero de 2007

¿Cómo tú ta’?

Hola, ________ ¿cómo tú ta’? préstame tu_________.

A todos nos pasa esto, lo hacemos, nos lo hacen. Es una pregunta que no espera respuesta, es un saludo en forma de interrogación que no hace falta responder: ¿ cómo tú ta’? Considero que somos muy hipócritas. ¿Para qué hacer una pregunta que no nos interesa su respuesta? O incluso si hay una respuesta diferente a la usual, la ignoramos, o nos pesa preguntar el porqué de la diferencia.

Algo muy interesante es ver cuando se cruzan dos personas:

- Hola
- ¿Cómo tú ta’?

Y ahí se quedó la conversación. Me parece que estamos tan metidos en la botellita Ego y no salimos de ella fácilmente.

Por supuesto, no siempre ocurre de esta manera, a veces (poquísimas veces), sí queremos hacer esta pregunta, inesperadamente nos empieza a interesar que los otros pendejos que están cerca tienen una vida y problemas. Y ahí entra la pregunta meretricia: ¿cómo tú ta’? o como sus tantas variables. Para obtener como réplica: “bien”. Un poco decepcionante, pero es debido al mismo ciclo que nosotros iniciamos cuando hacemos todo por rutina y no por convicción.

Pero también, está el ¿cómo tú ta’?, del cual sabemos la respuesta. E inquirimos sólo por costumbre, para parecer interesados o para hacer daño, está bien, está bien, también porque nos preocupa nuestro prójimo.

Es como, preocúpate de verdad por los otros o no te preocupes por ellos. Los tonos grises en esta ocasión le quitan la autenticidad a la personalidad. No me estoy refiriendo a que dejemos de decir: ¿Cómo tú ta’?, sino a que le demos una vuelta a la moneda y veamos que esos otros pendejos sí son importantes, y no están ahí de más.

No hay comentarios: