miércoles, 16 de enero de 2008

La guerra del silencio


Es cierto… no tengo cara para escribir aquí después de un año y tres días. Pero sí, tengo cara porque es mi blog. Je, je, je. Aquí está de nuevo Mil, inspirado, confundido, amargado, alegre hasta que se harte y deje de escribir nuevamente.

El título de este post es muy importante, porque últimamente me he percatado de que no tienen ventanas las paredes del silencio, como dice una canción de un grupo muy famoso. Hay muchas víctimas en esta guerra, yo soy el más aturdido y lesionado. Es interesante como a veces nos hacemos daño voluntaria o involuntariamente. En esa guerra, con mucho humo, desconsideraciones, pasiones, insensateces, disculpas… a veces se aclara el humo y sale a lucir una voz que rompe el silencio y nace la tregua.

Una tregua que requiere ser cultivada con comunicación inerme, no más silencio egoísta, que a nada lleva… Cuesta mucho compartir los que nos debilita, cuesta darse cuenta y chocar con la realidad, cuesta romper el silencio. Pero así, se evitan el 90% de los problemas interpersonales como me dijo mi profesor preferido una vez. Así lo creo, si me pongo a pensar hay muchos problemas que pude haber esquivado si hubiera habido comunicación…

Gracias a Dios que siempre se puede luchar después de que entra la luz, y cambiar lo que hay que cambiar, empezar a hablar… Poner voluntad en lo que es verdaderamente importante, se trata de no quedarse inmóvil al borde del camino y dialogar para terminar con la guerra del silencio, de la omisión, de la abulia.

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