viernes, 24 de septiembre de 2010

Primeros y segundos


Se caracterizan por ser necesarios para la vida cotidiana tal como la conocemos. Los primeros pueden ser redondos, elípticos, blancos, crema, pequeños o grandes... Sifones, válvulas, globos y palancas. Tienen tapas y usan mucha agua, cadenitas doradas o de acero inoxidable poseen los más simples. Otros con botones, tanques separados, pantallas digitales y sensores tienen los más extravagantes. Algunos son defectuosos, pero compartimos con ellos muy a menudo...

Los segundos se caracterizan por su necesidad de llamar la atención. Pueden ser gordos, flacos, calvos, pechugonas, altos o bajos... Hipocresía, orgullo, ansiedad de aparentar y deslealtad. Unos se guardan sus defectos para sí, hacen algo por disimularlo y pretenden amistad; eso hacen los menos graves. Otros se jactan de sus desperfectos que ellos ven como superioridad, no se preocupan por disimular su petulancia y presumen sus levedades; eso hacen los más condenados. Algunos gozan de una necesidad infinita de hablar, de sentir afecto aunque sea artificial...

El primer y el segundo grupo nos inundan y rodean. Nos aparecen a diario, no nos sorprenden. Los queremos como son, llegan hasta ser imprescindibles. Con los primeros somos leales a uno y es incómodo compartir con otro, con los segundos es incómodo compartir en todo momento, pero tampoco hacemos mucho para cambiar eso...

Son parte de nosotros. Al final, aunque no nos guste, todos son, los primeros y los segundos... lamentablemente... unos comemierda...

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