viernes, 3 de noviembre de 2006

La Srta. Concupiscencia Desenfrenada




Ayer fui a Acrópolis para comprar algunos motetes de la universidad, y cuando me monto en el ascensor hay otra persona, ella, preciosa. De reojo pude ver en su tarjeta de identificación que decía: Concupiscencia Desenfrenada, fue algo que me impresionó mucho.

Yo muy educado, entré y saludé, ella parecía muy simpática y me respondió con un saludo y una sonrisa despampanante, acalorada. Pasan dos segundos, en el momento que le doy al número dos del ascensor, Concupiscencia me pregunta lo que voy a hacer; lo hizo de una manera tan agradable y dulce que hace irresistible la respuesta de mi parte. “Voy a comprar unas cosas en la papelería”, es mi réplica. Ella sonríe: “Podrías hacer cosas mejores”, dice levantando las cejas y mordiéndose los labios.

Íbamos por el primer piso, pienso en un instante: ella tiene razón. Al notar mi silencio me pregunta: “¿Qué opinas?”. Mi respuesta, cuando voy saliendo: “Estás en lo correcto, podría dejar de pensar tanto en mí y empezar a preocuparme un poco más por los que me rodean, ¡Gracias por hacerme reflexionar!”. Cuando se estaba cerrando la puerta, pude ver una expresión en su cara que borró de mi mente toda su ternura y dejando en cambio un sabor amargo y vacío.

"She's a maneater, make you work hard,

make you spend hard,

make you want all, of her love" - Nelly Furtado

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